sábado, 28 de marzo de 2020

El coronavirus refuerza la arbitrariedad de los Estados en América Latina



Humberto Decarli



Los Estados en América Latina han respondido a la pandemia del coronavirus mediante la implementación de medidas autoritarias para alcanzar, bajo el subterfugio de ser la medida más eficaz, la paralización e intimidación de la población. Además, utilizaron esta coyuntura para evadir consultas populares y elecciones y en todo caso, contener la grave crisis social generada en una región donde se encuentran los ocho países más desiguales del planeta.




Chile y el presidente Piñera



El gobierno chileno decretó una cuarentena por tres meses, una cifra exagerada que no esperó el comportamiento del virus y su propagación para valorarlo y estudiar su suspensión o no. Simplemente esta es una oportunidad de oro para el país que padece de una terrible desigualdad y ser aprovechado por la administración del presidente Piñera para enfriar el fuerte movimiento social reclamando una mejoría de la calidad de vida y las organizaciones femeninas con sus interesantes y contundentes demostraciones de calle las fechas aledañas al 8 de marzo, el día internacional de la mujer.



Las ingentes masas ocupantes de las calles de Santiago lograron lo que nadie hubieses alcanzado. Aumentos de salario, de pensiones, estímulo para el trabajo, financiamiento de la pequeña industria y muchas otras medidas a las cuales se vio obligado el presidente a otorgar.



Adicionalmente se suspendió un referéndum destinado a reformar la constitución para maquillar, en consenso con los partidos políticos, el Estado pinochetista que no resistía mayor aplicación. Este diferimiento da tiempo al establecimiento en la búsqueda de explorar medidas lampedusianas.



Oxígeno para la clase política colombiana



La nación neogranadina atraviesa por una fase crítica económica y socialmente hablando. Las múltiples manifestaciones ocurridas en los primeros meses del presente año así lo demuestran.Las organizaciones sociales prepararon grandes presencias en los espacios públicos con la intención de presionar para lograr mayores reivindicaciones, en especial la excesiva concentración de riqueza en muy pocas manos.



El proceso de paz llevado a cabo con la FARC mayoritaria ha servido como un sedante para mantener a la gente ocupada. Pero el grave problema de la pobreza y el narcotráfico no puede pasar inadvertido en este país. A Duque le cae del cielo la pandemia porque servirá para centrar la atención de las exacerbadas vicisitudes a las cuales el cuadro político organizado ha sometido a la población.



El altiplano difiriendo los comicios



Bolivia tiene pendiente las elecciones anuladas por la candidatura ilegítima de Evo Morales, quien contrariando la voluntad popular establecida por un referéndum prohibiendo la reelección indefinida pero violentada por una sentencia del máximo tribunal, quiso ser presidente de nuevo y pretendía haber ganado en la primera vuelta con la aquiescencia del tribunal electoral en medio de un tumultuoso fraude en el precedente del balotaje. Se marchó solo cuando los militares y policías le dieron la espalda.



La presidente Jeannine Añez, después de manifestar su desinterés en participar en los nuevos comicios presidenciales, anunció su candidatura y se había fijado para los próximos meses la fecha del evento. Empero, con la llegada del virus se decretó el aislamiento y fue suspendida sine die la escogencia del primer magistrado cuando el candidato de Morales subía y encabezaba las encuestas.



El “Peje” faranduleando



López Obrador ha usado al virus como un instrumento de evasión. Aparece tranquilamente en videos promoviendo el turismo como si nada estuviese ocurriendo, abrazando a gente de los sectores populares y exclamando la carencia de relevancia de la pandemia y la providencia de la raza cósmica. Es una senda para obviar el problema de los emigrantes centroamericanos donde AMLO fue presionado y utilizado por Trump para resolver los desplazamientos de los grupos sociales hambrientos del istmo de América Central; para pasar el tráfico de drogas que literalmente gobierna el norte de México; así como la gravedad de la pobreza de los aztecas;esconder la complicidad palmaria con la anterior administración de Peña Nieto en materia de corrupción y correr la arruga en materia de feminicidios que tanto ha afectado a la nación ubicada tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos, como solía decir Nemesio García Naranjo, un intelectual regiomontano y mal atribuida al dictador Porfirio Díaz.



En todo caso, el nivel de fallecidos por el Covit 19 es relativamente corto en México y por esa circunstancia el presidente mexicano insiste en su actitud estridente y de desprecio hacia la neumonía desplazándose a sus anchas al nivel internacional.



El dominio gaucho inmerso en la enajenación



El presidente Fernández, acompañado de varios gobernadores de diferentes organizaciones, pero todos vinculados a la clase política, anunció entre fanfarrias el confinamiento de la población del país con mayor crisis económica en la región después de Venezuela. Este hecho inesperado le ha venido como anillo al dedo a las élites políticas de la pampa, el peronismo y el radicalismo y compañía, para tener tranquilizado al pueblo argentino para pasar sus graves penurias.



El Estado venezolano y el virus



La coyuntura de la pandemia ha favorecido al gobierno nacional en la medida de promover el aislamiento significante de inmovilización. Esta circunstancia beneficia al régimen por las carencias sociales traducidas en múltiples protestas que aunque separadas representan turbulencias callejeras las cuales pueden ser peligrosas si se convierten en la llama ardiente de la pradera.



Quizá el principal peligro para estetipo de experiencias gubernamentales sean las insurrecciones sociales cuya virulencia se basa en las deplorables condiciones de vida nacional. La emigración hacia países del sur y España sirvieron de válvula de escape para amplios sectores buscando nuevos niveles de vida pero en este momento en el cual Colombia mantiene cerrada la frontera esa posibilidad se esfuma y con las restricciones sociales del Covit-19 se incrementará el desespero provocado por los necesitados. La idea de la actual gestión es mantenerlos a raya y para ello apelan a los paramilitares o colectivos, la policía nacional, el Faes, el Sebin, el Dgcim y las policías estadales y municipales. Apagar cualquier fuego antes de diseminarse.



Concomitante a esta acción represiva preventiva persiguen a los comunicadores sociales con noticias distintas a las oficiales. Se les detiene y presentan ante los tribunales penales de control para imputarles delitos bien subjetivos con la intención de sancionar al periodista en específico e intimidar al gremio, a los medios y las redes sociales. Igual modus operandi aplican a articulistas y opinadores para impedir las manifestaciones diferentes al pensamiento único.

La cuarentena es un vector ideal para un modelo totalitario porque se utiliza el pretexto de la seguridad en materia de salud para separar a la gente cuando en el fondo hay una intención excluyente para soslayar opiniones. Es la dinámica propia de visiones rígidas en materia de dominación de la sociedad y Venezuela se orienta diáfanamente en esa dirección.



El anterior relato no obsta que la nueva iniciativa de la fiscalía americana contra el presidente Maduro y un grupo cupular del poder venezolano, al denunciarlos por narcotráfico y librar una requisitoria con recompensa incluida, pueda conducirse hacia nuevos derroteros que alteren el statu quo existente en el país.



Corolario


Estamos en una región con peculiaridades típicas de naciones inmersas en una

gran precariedad desde diferentes órdenes. Son países con economías primarias, productoras de materia prima cuyos precios han declinado en los últimos años lo cual las hace más pobres. La desigualdad está presente en todas partes y en especial en Chile donde se pensaba estar en un proceso de diversificación de vinos y frutos del mar y la resultante ha sido una profunda iniquidad social. La mayor parte de naciones desiguales se encuentra en América Latina cuando ocho de las diez más acentuadas están presentes acá.



Adicionalmente hay una ausencia de precariedad institucional en toda la zona y eso incide en la vigencia del despotismo donde el funcionario y específicamente los miembros de la administración de la violencia del Estado, militares y policías, poseen una situación privilegiada en desmedro del resto de la sociedad. Además, hay poco apego al cumplimiento normativo y la conducta del representante estatal es absolutamente discrecional.



Desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia rige la ley del más fuerte, léase el poderoso económicamente, la gendarmería y los milicos, y se orientan las políticas hacia la arbitrariedad. Son las consecuencias históricas de la formación de nuestras regiones nacidas al amparo del racismo, el clasismo, el eurocentrismo y la aversión hacia las minorías y los más vulnerables. En esta coyuntura se ven las costuras de esa práctica inicua que constituye una reivindicación y una utopía por realizar.




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