sábado, 11 de enero de 2020

Cambiar hábitos del anarquismo: Entrevista a Manel Aisa



J.M. Oterino



* Conversación con M.A. sobre su reciente libro [en catalán] Per un canvi d ́hàbits.



°Hasta ahora conocíamos a Manel Aisa como un autor de libros de historia, sobre todo de la historia del movimiento libertario, ahora optas por un texto más teórico, más filosófico, ¿por qué este cambio?



-Bueno, ya hace demasiado tiempo que estoy en el movimiento libertario y todo y que no me gusta figurar demasiado, desde el Ateneu Enciclopèdic hemos organizado o participado en proyectos tanto de recuperación histórica como social, y de reflexión en estos cuarenta y pico de años que llevamos funcionando.



Hace ya tiempo que vengo interesándome por todos los textos clásicos del anarquismo y los no tan clásicos, y por algún que otro filósofo humanista, que creo me aporta algunos valores interesantes que me ayudan a formarme como persona día a día, por lo demás y para no extenderme, ya hace unos años hice algún escrito sobre “municipalismo autogestionario” que se leyó en el centenario de la CNT y en algunos espacios más como Can Vies y poco más.

Pero debo reconocer que durante todos estos años me ha apasionado seguir muy de cerca todos los textos y las reflexiones de Murray Bookchin que a mi entender abren puertas para comprender el anarquismo del siglo XXI, que casi diría conectan con otras etapas del anarquismo donde se apuesta por construir la vida entre iguales, con la autogestión, la solidaridad, apoyo mutuo, y todos estos valores tan necesarios para construir una sociedad más equitativa y desde abajo.

También recuerdo al compañero del Sindicato de la Construcción de la CNT, Luis Andrés Edo, cuando éste nos hablaba del Municipalismo Libertario, de la Asamblea Permanente o de la Carta de Barcelona autogestionaria, con un discurso muy convincente y coherente que hoy creo que necesitamos recuperar más que nunca, porque creo que el anarquismo anda bastante desorientado y aunque pueden haber muchas maneras de entender el anarquismo, ¡que no lo dudo!, y viendo que todo va cada vez más de prisa y las generaciones se pisan unas a otras, llega el momento en que unas generaciones se diferencian de las otras y eso hay que darse cuenta y asumirlo. Las cosas ya no son como eran.

Por ello, entiendo que el anarquismo español está anclado en el 36 en Barcelona, o lo más lejos en las columnas confederales que llegaron a las puertas de Zaragoza, en un momento en que el mundo podía estar a los pies del anarquismo, pero pienso que desde entonces no se ha hecho más que retroceder.

Y hasta cierto punto podría ser natural y hasta saludable retroceder si por el camino hubiera momentos de algunas resistencias, pero ahora intentando recordar cualquier momento pasado reciente, donde el anarquismo de una manera u otra haya estado implicado en la lucha o tan siquiera en la reflexión y desde la euforia de aquella transacción del 1976/77 (mitin Montjuïc / Jornadas Libertarias). Recuerdo aquella manifestación por el Paralelo de Barcelona de enero de 1978 en contra de Los Pactos de la Moncloa, prácticamente éramos los únicos (salvo algún grupo vasco) que no aceptábamos aquella Constitución del 78 que se preparaba para que nada cambiara, en definitiva el anarquismo pagó con el montaje del Caso Scala, hecho que acabaría de hundir al movimiento libertario, desde entonces no recuerdo nada especial donde interviniera el movimiento libertario, quizá como cosas más espectaculares serían la okupación y lucha por la Casa de la Muntanya o el desalojo del Cine Princesa, lo demás pura rutina del movimiento libertario, solo salvado por algunas excepciones y momentos como el vivido con las jornadas de reflexión del “Anarquismo Internacional del 93”, donde al menos el movimiento libertario a nivel internacional pudo discutir en Barcelona diversas problemáticas del momento y poco más, a partir de ahí, el anarquismo se ha ido diluyendo y muy pocas experiencias nuevas o interesantes nos ha aportado en estos últimos tiempos, la cotidianidad es terrible, quizá por ahí hay algunas experiencias que desconozco, que sin duda pueden ser interesantes y pudieran aportar alguna cosa.

Pero la realidad es que el anarquismo en estos últimos años ha ido a toda convocatoria siempre de comparsa y eso realmente es reflejo de que el discurso o el comportamiento anarquista o libertario no llega a las capas sociales que debería llegar, las más desfavorecidas, el discurso no llega a las pocas fábricas que quedan ni tan siquiera se instala en los barrios; que son en definitiva aquellas personas que un buen día, hartas de todo el mangoneo, deberían recoger del suelo el trapo negro mil veces pisado.

Por esto, como es evidente que no se da, el anarquismo tiene que revisar todos sus comportamientos, sus pautas y sus formas de actuar y por descontado su discurso, ya que atrae muy poco al interés en las nuevas generaciones.

°En Per un canvi d’hàbits aparecen reflexiones sobre temas muy diversos: la cuestión nacional, el decrecimiento, el consumismo, etc.¿ Estamos ante una reivindicación de la ética anarquista frente al darwinismo social del liberalismo?

Después de leer e intentar comprender a John Zerzan y su “futuro primitivo”, donde nos indica todos aquellos momentos en que como especie cambiamos de rumbo, cogiendo un camino erróneo que nos ha conducido a un sistema cargado de egoísmos y de privilegios para unos pocos que han dilapidado todo el planeta, y con Carlos Taibo y su Colapso que, con un lenguaje muy comprensible y de colega libertario, nos acerca a todos los desaguisados que tenemos delante de nuestra narices y de cómo les hacemos frente como especie para salir lo mejor posible de este embrollo, de colapso y de cambio climático.

Conociendo los textos de Bookchin, la multiplicidad de experiencias alternativas recogidas en todos estos años por los grupos alternativos norteamericanos vividas en las zonas duras de Estados Unidos, no me cabía más que intentar aportar un grano de arena y de esperanza, e intentar buscar la capacidad de organización de nuestras vidas desde el anarquismo, desde nuestro control social a partir de nuestras herramientas que son las de siempre: “Autogestión, Solidaridad, Apoyo Mutuo”, porque no hay fórmulas mágicas, a nosotros -que continuamos creyendo que es posible construir una sociedad desde abajo, y además que hay que tener muy presente a las nuevas generaciones que nos hablan del cambio climático con cierta preocupación y el no retorno, en un periodo de doce años como máximo- no nos queda más que ponernos las pilas como sociedad y tratar de construir nuestra sociedad, eso sí, con la necesidad de cambiar de hábitos, es decir, decrecer, y ser conscientes de que ahora tocar organizarse.

°Hablando de reivindicaciones ¿podemos reivindicar el municipalismo como expresión del federalismo original defendido por los teóricos del anarquismo?

-Somos animales sociales, es decir, como especie sabemos que hay que vivir en colectividad, por ello necesitamos construir de una manera u otra el municipalismo, necesitamos de la fuerza de cada uno de nosotros para cubrir las necesidades orgánicas y todos los componentes de la municipalidad; ahora, creo que debemos de apostar por un municipalismo muy diferente al que tenemos actualmente con el capitalismo y su apuesta por las grandes ciudades y sus conurbaciones, o sea debemos hacer las cosas mucho más racionales, por lo que los municipios tienen que ser mucho más pequeños y autónomos, para que todas las personas participen autogestionariamente del proyecto necesitamos comunidades mucho más pequeñas, a partir de aquí entra en juego el federalismo que no es más que la herramienta necesaria que ha de permitir interrelacionar unos municipios con los otros, todos con plena libertad y el libre acuerdo, en definitiva, una sociedad de Municipios Libres.

°¿Piensas que hay esperanzas para este mundo que nos ha tocado?¿Hasta qué punto las ideas libertarias son necesarias para poder sobrevivir en el capitalismo enloquecido que padecemos?

-Sabemos que el capitalismo es un devorador y no parará hasta devorarse a sí mismo, probablemente John Zerzan en su “anarquismo primitivo” tiene amplios argumentos para describir el caos que nos ha traído hasta el hoy, todo es un mal sueño de muchos para favorecer a unos pocos, y la cosa está cada vez más difícil, el capitalismo apenas te ofrece alguna oportunidad de escapar, pero por el momento no hay otra más que intentar escapar de ese mal sueño que es el capitalismo que persiste a través del tiempo.

En un planeta que sabemos que sus recursos han sido esquilmados y que como dice Taibo cada vez el porcentaje de los recursos minerales es más escaso, y con el cambio climático llamando a la puerta, es de prever que cada vez seremos más los excluidos de la sociedad y eso lo notamos y vivimos en el día a día en nuestros barrios donde vemos que cada día es más difícil sobrevivir y cada vez son más vecinos invisibles los que están a nuestro alrededor.

Por ello, esta situación recuerda un poco los primeros años del siglo XX, donde las prestaciones sociales a las familias eran inexistentes y a través de los sindicatos o las sociedades de aquel entonces los obreros tuvieron que montarse y organizarse sus vidas, lo que siempre he llamado “la sociedad paralela”, es decir, tuvieron que organizar un sindicato, pero también las cooperativas de consumo en los barrios, las cooperativas de Construcción, el socorro mutuo, las escuelas racionalistas, los economatos, los ateneos, etc., para poder hacer frente a un capitalismo usurero que sólo era capaz de contar sus beneficios y rodearse de cuerpos mercenarios para proteger sus intereses, y golpear con extrema violencia a aquéllos que se revelaban, y en eso seguimos.

[Entrevista publicada originalmente en el suplemento Addenda # 76, Madrid, enero 2020. Número completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/addenda%2076%20enero.pdf.]


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