sábado, 16 de marzo de 2019

La historia: Realización de utopías


Rubén Trejo

* Párrafos tomados del libro Magonismo: Utopía y revolución 1910 1913.

Para [Ricardo] Flores Magón existe una concepción vulgar de la utopía, la que proviene de los conservadores de todos los tiempos, que la define como sinónimo de sueño inexistente e irrealizable. Por el contrario, para los magonistas la utopía de hoy es la realidad de mañana. La historia, en consecuencia, es la constante realización de utopías. El progreso de la humanidad, la llamada civilización, surge gracias al esfuerzo de los utopistas.[1] Deshacerse de éstos es renunciar a todo avance del género humano.

Las utopías son propuestas de una vida distinta a la del orden establecido. En ellas, en los sueños, en la imaginación, los conservadores de todos los tiempos ven la promoción de la libertad y un peligro al status quo. Ésta es la razón por la que los utopistas han sido perseguidos, encarcelados y asesinados por las “personas serias”, los gobiernos y las iglesias. No ha existido revolucionario o reformador social profundo –sostiene Flores Magón– que “no haya sido atacado por las clases directoras de su época como utopista, soñador e iluso”. [2]
 
La reivindicación de la utopía como pensamiento transformador no quiere decir que los magonistas abandonaran su inclinación por el rigor científico. Siempre señalaron que la revolución estallaría por causas que podían explicarse científicamente y que a la insurrección tenía que imprimírsele la orientación que la ciencia indicaba. [3] Más bien, reivindicaron tanto a la ciencia como a la utopía.

La historia mexicana ha sido –según Flores Magón– la realización de utopías que a los individuos serios y al poder establecido les parecieron, en su momento, sueños ilusos e irrealizables:
«Para los gachupines era una utopía la independencia de México; para los frailes era una utopía el expropiarlos de sus bienes; para los conservadores que están en el gobierno de México es una utopía el sufragio efectivo de los maderistas, porque dicen que el pueblo no está preparado para ese mentido bien; para el maderismo, las aspiraciones del Partido Liberal son utopías, porque dicen Madero y sus compinches que el pueblo no está apto para trabajar las tierras por su cuenta.
A pesar de todo, la utopía de la independencia nacional fue cosa realizada; la utopía de expropiar de sus bienes al clero la realizó Juárez; la utopía del voto electoral, aunque para nada sirve, la realizó el maderismo; la utopía de entregar la tierra al pueblo para acabar con la miseria, el crimen, la prostitución y la tiranía, la realizará el Partido Liberal, que es el único que lucha por la clase trabajadora.» [4]

En efecto, para Flores Magón, la utopía de hoy es la realidad de mañana. Por ello señala: “¡Utopía, ilusión, sueños! ¡Cuánta poesía, cuánto progreso, cuánta belleza y, sin embargo, cuanto se os desprecia! [...] ¡Adelante! El insulto, el presidio y la amenaza de muerte no pueden impedir que el utopista sueñe”. [5]

Notas

[1] Ricardo Flores Magón, “Los utopistas”, en Regeneración, Núm. 12, 12 de noviembre de 1910.

[2] 664 Idem.

[3] Por ejemplo, Ricardo Flores Magón sostenía: “la revolución es inminente: ni el gobierno ni los oposicionistas podrán detenerla. Un cuerpo cae por su propio peso, obedeciendo las leyes de la gravedad; una sociedad revolucionaria, obedeciendo las leyes sociológicas incontrastables. Pretender oponerse a que la revolución estalle, es una locura que sólo puede cometer el pequeño grupo interesado en que no suceda tal cosa” (“A los proletarios”, op. cit).

[4] Ricardo Flores Magón, “El rebaño inconsciente se agita bajo el látigo de la verdad”, en Regeneración, Núm. 27, 4 de marzo de 1911.

[5] Ricardo Flores Magón, “Los utopistas”, op. cit.

[Tomado del libro Magonismo: Utopía y revolución 1910-1913, México D.F., Ed. Cultura Libre 2005, pp.263-265. Obra completa accesible en https://ielibertarios.files.wordpress.com/2017/07/trejo-rubem-1910-1913-magonismo-utopia-y-revolucion.pdf.]


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