miércoles, 13 de marzo de 2019

Argentina: Contra los despidos y la represión ¡huelga y movilización!


Consejo Federal de la F.O.R.A.-C.I.T.



La cumbre del G-20 del año pasado, los acuerdos con el FMI y la represión en la votación del presupuesto 2019 no podían ser otra cosa que la antesala de una nueva crisis económica en argentina, que si vamos al caso, de nueva tiene poco. Vale aclarar, dicho sea de paso, que “crisis” es un concepto engañoso que utilizan siempre los gobiernos y los medios de comunicación masiva para convencernos de que la nefasta situación que estamos atravesando no es culpa de nadie en particular, sino la consecuencia de variables ajenas al gobierno actual y que éste hace lo mejor que puede con los recursos que tiene.



En este marco es que ya se empiezan a vislumbrar los distintos discursos de los distintos arcos políticos de cara a las próximas elecciones, todos queriendo captar nuestros votos con mentiras y falsedades. Sabemos de sobra que ningún gobierno puede solucionar los problemas que nos genera el capitalismo una y otra vez, ya que el Estado mismo se encarga de garantizar y sostener este sistema.



Ahora mismo somos testigos de decenas de conflictos en todo el país de distinta índole: Sindicales, de género, educativos, ambientales, etc. Las industrias y servicios están cayendo en todas las provincias provocando cientos de despidos, suspensiones y recortes. Algunas despiden a mansalva negociando con el sindicato y otras utilizan artimañas típicas de las patronales, como los procedimientos preventivos de crisis. De estos hubo 55 en 2016 y 108 en 2018, es decir, el doble en dos años. Hace poco se quiso sumar a la lista Coca-Cola, pero realmente, ¿alguien cree que Coca-Cola dé perdidas y esté por cerrar? Ni siquiera el gobierno puede encubrir tamaña mentira y les negó el pedido, por lo cual la empresa acudió al plan B, que es negociar con el sindicato, concretando decenas de despidos y traslados. 



Este papel de los sindicatos dirigidos por la burocracia sindical no es novedoso. Ya lo anunciábamos en el número anterior cuando comparábamos el papel histórico de la CGT con sus antecesores a principios del siglo XX. Esta burocracia sindical, que más que “burocracia” son empresarios del sindicalismo, perfeccionó y aceitó su capacidad de conciliación de clases. No es solamente la manipulación de asambleas para que no triunfen las posturas más radicales en las fábricas, sino que es una estructura constante que intenta evitar por todos los medios la participación de los trabajadores y trabajadoras en sus puestos de trabajo. Es impedir que haya otras listas opositoras, es impedir que se hable abiertamente en una asamblea, es no respetar el voto de una asamblea, es arreglar una cantidad de despidos aceptable, es desmovilizar a los compañeros y compañeras constantemente, ya sea con la palabra del miedo o por la fuerza con las patotas.



Y a mayor escala este papel se hace más evidente. La CGT y las CTA amenazan con amenazar a un paro y cuando éste se concreta en lo formal, no deja de ser una especie de feriado dominguero sin ningún tipo de confrontación ni plan de lucha. Sirve únicamente como válvula de escape para liberar la tensión social. Y así y todo a veces se conquistan medidas de fuerza y se realizan huelgas, piquetes, movilizaciones y asambleas tratando de organizar la bronca acumulada. En ese caso el sindicato acompaña aunque de mala gana y tratando de cooptar y absorber el conflicto, como es el caso del ASIMM (motoqueros) a raíz de los 430 despidos en PedidosYa!, que todavía está sin resolución.



La respuesta del gobierno



Es tan evidente el papel del gobierno que a grandes rasgos cualquiera lo puede descubrir: Cuidar y proteger el interés de las empresas a como de lugar.



Algunos gobiernos son más evidentes que otros. El peronismo también busca lo mismo pero utiliza herramientas más sutiles y lo hacen a través de la cooptación del Estado de bienestar. Así es que cuando se agotan los mecanismos conciliadores para evitar conflictos, como las mentiras de los medios de comunicación, el miedo a perder el trabajo o la vida, o las traiciones dentro de los movimientos sociales, los gobiernos apela a su recurso más básico como monopolizadores de la violencia, es decir, la cruda represión policial.



Les pasó a los trabajadores de Coca-Cola y la comisión de mujeres que los apoyan, a lxs trabajadorxs de Madygraf, al feriazo de la UTT, y muchos casos más que no nos alcanzarían las hojas para nombrar. La represión está a la orden del día y sabemos que esto va a recrudecerse en la medida en la que no puedan contener el descontento por otros medios. 


El camino a seguir



Este panorama aparenta ser bastante desolador. La clase obrera pareciera que tiene todo en contra: empresas, gobierno, sindicatos, medios de comunicación y organismos internacionales. Y realmente es así, tenemos todo en contra. Pero también sabemos que somos mayoría, y de a poco vamos descubriendo formas para enfrentar esta situación.



Tenemos el caso de los “feriazos” de verduras de la UTT como respuesta a los precios inauditos debido a la inflación, más allá del interés partidario que pueden tener algunas de sus internas. Esta forma de vincularse, directamente de productor a consumidor, puede recuperar un poco el vínculo entre trabajadorxs demostrando lo inútil que resulta el Estado cuando la clase trabajadora se lo propone. Además de poner en relieve lo ridículo de las ganancias que obtienen todos los patrones que hacen de intermediarios en esta cadena económica.



Tenemos a lxs docentes y estudiantes luchando por la educación pública, sabiendo de sobra que cuanta menos educación haya, más fácil manejan a los pueblos. La paritaria docente que Vidal intenta utilizar (nuevamente) para desprestigiar a lxs docentes, manteniéndola en suspenso hasta el inicio de clases.



Tenemos a lxs docentes y estudiantes luchando por la educación pública, sabiendo de sobra que cuanta menos educación haya, más fácil manejan a los pueblos. La paritaria docente que Vidal intenta utilizar (nuevamente) para desprestigiar a lxs docentes, manteniéndola en suspenso hasta el inicio de clases.



Tenemos al movimiento feminista en general derrumbando todo un entramado social de estructuras de poder, llamado patriarcado, que sostiene y reproduce opresiones milenarias. Y dentro del amplio movimiento feminista, hay una porción enorme de la clase trabajadora luchando por sus propias reivindicaciones como el derecho al aborto, el cupo laboral femenino, la no discriminación salarial por igual trabajo, detener el acoso y las violaciones y muchas otras reivindicaciones más.



Tenemos sobrados ejemplos de lucha y organización con muchas cosas en común, que nos marca , aunque en cuenta gotas, el camino a seguir: la importancia y lo fundamental de la participación y la decisión colectiva en espacios como las asambleas; las acciones directas, es decir, la voluntad, el compromiso y la iniciativa para ponerle el cuerpo y la cabeza a resolver todos estos problemas sin esperar dádivas del gobierno, ni soluciones mágicas de distintos Partidos políticos; la solidaridad para ir codo a codo con nuestrx hermanx de clase, compartiendo el dolor y las ganas de transformar la realidad sabiendo realmente cual es la institución o quién es la persona que nos quiere en silencio y bajo la eterna explotación.



Tenemos la huelga que las compañeras están ejerciendo en la calle aún a pesar de la CGT que brilla por su ausencia. La huelga que muchas comisiones internas, cuerpos de delegados y asambleas de base llevan a cabo aún teniendo a la burocracia en contra. Tenemos los piquetes, cortes de calle y movilizaciones donde manifestamos el descontento y nos encontramos. Tenemos muchas formas de lucha y hay muchas otras que todavía no descubrimos, pero que vamos a ir encontrando en el calor del debate y la búsqueda de la solución colectiva.



Porque si hay algo que tenemos en claro es que esta situación no es consecuencia de variables ajenas a las personas, sino el resultado de decisiones políticas concretas que solo buscan sostener y reproducir el sistema de explotación y opresión en el que vivimos. Sabemos que estos son problemas generados por el sistema en el que vivimos y que por eso la solución tiene que ser colectiva y no individual. Sabemos que la clase obrera es la que hace funcionar al capitalismo con nuestro sudor y sangre, y por eso es la clase obrera la única que puede detenerlo si se organiza de forma horizontal y federalista.



Es momento de seguir resistiendo y de a poco ir avanzando en una organización propia de la clase obrera que no se deje manipular por políticos o burócratas sindicales. Tenemos que seguir fortaleciendo los lazos solidarios entre trabajadores y trabajadoras, realizando asambleas y ganando las calles.



¡Asambleas para decidir!

¡Acción directa para ganar!

¡Solidaridad entre explotadxs!



[Publicado originalmente como Editorial del periódico Organización Obrera # 78, Buenos Aires, marzo-abril 2019. Número completo accesible en https://mega.nz/?fbclid=IwAR2zDe0MUVk_0v73lgVP0egLQTfNWCebJ9u_806iEbFdauHO7MPizLbYThA#!dUA0WISB!hI2ArbuirbVhDY8a7sNnd19EQHHdD5ExZZH_rxZyNoI.]



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.