miércoles, 10 de octubre de 2018

Península Ibérica: Si nos movemos, lo cambiamos todo





Periódico Rojo y Negro

Desde la Confederación General del Trabajo venimos defendiendo desde hace años que la  supuesta crisis  no era más que una estafa diseñada para volver a expoliar, una vez más, a la clase trabajadora. Empresas con beneficios récord y aumento exponencial de los denominados “superricos”, mientras que los salarios se han empobrecido y las condiciones laborales se han precarizado hasta niveles desconocidos. Hemos hablado en muy diversas ocasiones y hemos tomado acuerdos (Congreso de Iruña) para pelear por la “reapropiación” de lo público y lo común, ya que las Administraciones Públicas y el Estado lo entregaron a distintas oligarquías usando para ello el eufemismo de la “gestión indirecta para la prestación de los servicios básicos” que no es otra cosa que la privatización y mercantilización de los mismos.
 
A su vez, con la excusa de la crisis se han llevado a cabo una gran cantidad de medidas antisociales, recortes laborales, recortes en libertades como la Ley Mordaza y abusos medioambientales que han contribuido a la instauración efectiva de la precariedad como sistema institucionalizado y que han ahondado aún más en la desigualdad social que veníamos sufriendo. También hemos incidido en todo esto en muy diversas ocasiones: oligarquías, ejecutivos y, especialmente, los grandes empresarios financieros e industriales, vienen desarrollando una arquitectura jurídica del robo y el expolio de todo aquello que sea “público”. Sus argumentos, coreados hasta la saciedad por parte de los medios generalistas, sólo tratan de socavar las más elementales certidumbres para afrontar el futuro, todo ello en un intento de que asumamos como natural e incuestionable una existencia—continua— en el alambre.

Por otra parte, la corrupción se ha convertido en un arma preferencial para desposeer a la clase trabajadora; una corrupción que se ha hecho sistémica y que ha favorecido en todo momento los intereses personales de unos pocos y que ha supuesto un ataque frontal para la clase trabajadora.

Por todo ello, el próximo 27 de octubre tendrá lugar una gran manifestación a nivel estatal donde la CGT participa junto a una gran cantidad de colectivos y organizaciones de la sociedad civil. Dicha manifestación vendrá precedida de otra, descentralizada en cada uno de los territorios, el día 24. No es la primera vez que se realiza un acto de estas características y no es la primera vez que la CGT se lanza a la calle por estos motivos. Sin embargo, este llamamiento se realiza en un momento de verdadera urgencia, ya que se ha favorecido un clima desmovilizador que es verdaderamente preocupante. Los derechos se conquistan luchando y no a la espera del cambio de gobierno de turno.

Hemos acudido a las reuniones preparatorias del 27-O aportando el análisis que venimos defendiendo desde hace ya unos años y que ha sido refrendado—desgraciadamente— por sucesivas realidades con el paso del tiempo. Nuestras propuestas, por otra parte, son aquéllas de las que nos hemos ido dotando en los distintos comicios confederales, como no podía ser de otro modo. Propuestas encaminadas a la conquista de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres, a la defensa de los servicios públicos, a la implantación de la Renta Básica de las Iguales, a la derogación de las reformas laborales y a la defensa de las pensiones, entre otras.

Nuestra lucha está en la calle. Nos vemos el 27-O.

[editorial del periódico Rojo y Negro # 327, Madrid, octubre 2017. Número completo accesible en http://www.rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20327%20octubre.pdf.]


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