viernes, 3 de febrero de 2017

Argentina: En defensa de los derechos conquistados


Consejo Federal, FORA-AIT

* Editorial del periodico Organización Obrera # 66, Buenos Aires, enero-febrero 2017, órgano de la Federación Obrera Regional Argentina.

Se fue el 2016 y llegó el 2017. Se fue el año del “segundo semestre” y llegó el “año que viene vamos a estar mejor”. En el medio, despidos, cierres de fábricas, inflación, represión y medidas económicas y políticas de parte del Estado que apuntalan la ganancia empresarial. Hacer un repaso del año que pasó, nos trae las imágenes de los grandes saqueadores del producto de nuestro trabajo, los gobernantes-empresarios y los medios de comunicación masivos que despliegan todas sus armas para convencernos de que despedir más de 30000 trabajadores del Estado, estaba bien, porque había ñoquis que cobraban sin trabajar, mientras que al mismo tiempo se acomodaban a los familiares, amigos, confidentes, buenos vecinos, etc. Medios de comunicación como Clarín, que al momento de salir este texto, se encuentra en medio de un conflicto con sus trabajadores en AGR por el vaciamiento y despido de todo su personal para poder precarizar el trabajo y aumentar la ganancia con nuevos empleados que no levanten la cabeza. Los trabajadores se encuentran en este momento tomando la planta y resistiendo la represión conjunta de Gendarmería y Policía Federal.

El objetivo es claro, achicar el personal del estado para engrosar la fila de desocupados y meter presión ante los reclamos obreros. Proceso que continúa hoy, como en el CONICET, quienes tuvieron un fin de año muy agitado, con tomas del Ministerio de Ciencia y Tecnología y que con su organización y voluntad, consiguió revertir los despidos para precarizar más el trabajo. Se han dado varios casos de tomas de ministerios en el año que pasó, como el del Ministerio de Educación a fines de año, o el de Economía, el de Trabajo, algunos con saldos represivos, como ocurrió en las provincias de Córdoba y Buenos Aires, por ejemplo.

Los despidos en el sector privado hicieron desastres en las familias trabajadoras, ya sea por el cierre de las fabricas, desguace y abandono de los trabajadores a su suerte, despido como escarmiento a militantes y trabajadores disconformes, a la vez que se reducen costos laborales. Con la apertura de importaciones, muchas empresas como Newsan aprovecharon para echar cientos de empleados y cerrar sus plantas en Tierra del Fuego, provincia antes beneficiada de la precarización laboral en las firmas de electrónica y ahora, con cada vez más desocupados que no pudieron siquiera tener indemnización acorde ya que por lo precario del contrato nunca se lo reconocieron. Ahora se suma Bangho con otros 700. Los textiles, los metalúrgicos entre los principales afectados por la apertura de la Argentina al mundo. Todo esto, si se pudo hacer fue porque lo facilitaron los aliados de siempre: las burocracias sindicales. Se pasaron la mitad de 2016 diciendo que tenía que reorganizarse y unificarse nuevamente, mientras todo el avance estatal y patronal pasaba en sus narices. Luego, volvieron a repetir lo de siempre: “hay que ser sensatos y actuar inteligentemente”.

El problema es que no se está haciendo nada por los trabajadores en general y eso se debe a los millones girados desde el gobierno por las Obras Sociales, y porque los integran a las decisiones del gobierno, entre ellas, la reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo y la reforma laboral que tienen masticando. Quedaron inmóviles. Inmóviles ante el cierre de las fábricas y los despidos masivos. Inmóviles ante el aumento del costo de vida y el trabajo que cada día se acrecienta más. Recientemente, salió a la luz del INDEC, donde se contradijo la falacia de Macri acerca de que se creaban 4 empleos por día. Según el INDEC, hasta Septiembre de 2016 hubo 127.000 despidos y cerraron 5.100 fábricas. Lo que hace indignante ver gente como Maturano, de La Fraternidad, decir que en cualquier momento se le acaba la paciencia, y va a haber paro. O como Daer de Sanidad, que al igual que su par de los maquinistas, vive avisando que tiene paciencia.

Paciencia tienen, y mucha, porque se sacan fotos sonriendo en su despedida de año en Olivos, quizás agradeciéndose mutuamente los múltiples favores que se hicieron a lo largo del año, mientras el resto pagamos su joda. Se conocen los casos de la UTA, siempre de parte de la patronal cuando de someter a los trabajadores se trata, como ocurrió por ejemplo en la línea Este de La Plata, Buenos Aires. Tuvieron que enfrentar a la UTA, la patronal y la Policía, contando con el apoyo de vecinos de la zona, pero aún habiendo finalizado el conflicto al llegar a un acuerdo con los trabajadores, la empresa continúa desconociendo el acuerdo que firmó con ellos. UPCN fue el gran traidor de los estatales, arreglando con el Estado las cesantías, y ATE tuvo una actitud tibia a pesar de la participación de los trabajadores. Quizás por eso los empleados dieron el paso necesario para resolver sus problemas ellos mismos en el CONICET.

Para este año que comienza, ya nos dieron los lineamientos generales apenas se apagaron los fuegos artificiales. Acuerdos flexibilizadores para los gremios, comenzando ya Petroleros y Marítimos, y en vista tienen a los metalúrgicos y textiles. Fue la prueba que querían hacer para ver la respuesta de los trabajadores ante la situación y su propuesta de precarización. Están proyectando una reforma laboral más completa y ya la están consultando con la burocracia, a ver qué les parece; la cuestión es que salgan todos ganando: las empresas, el gobierno y la burocracia. Los laburantes como último orejón del tarro siempre.

En esta reforma, se prevé la vuelta de las pasantías (aunque sin llamarlo así, porque recuerda lo que es: negreo de un empleado joven) y el otorgamiento de poder de policía a los sindicatos para combatir el trabajo en negro (el de policía ideológica lo tienen hace rato). Será que es tiempo de relanzar el trabajo informal y qué mejor que acudir a quienes jamás han hecho nada por combatirlo, la burocracia sindical. La ley de ART nueva, sigue su marcha sin freno hacia la baja del costo que tiene no atender y cuidar la seguridad en un establecimiento o con las herramientas de trabajo. La culpa es siempre nuestra, nuestra cuando nos accidentamos y nuestra cuando reclamamos, y con esta ley quieren dejarlo más que claro.

Cuando uno habla con compañeros de trabajo, escucha que algunos dicen: “la gente no va a dejar que sigan con esto, los van a echar a la mierda”. El recuerdo de 2001, lo mal que se estaba y todo lo que sucedió, nos deja ver que en el recuerdo de los trabajadores está latente la capacidad que tenemos los trabajadores de reaccionar y torcer las cosas. Pero no es la burocracia, ni los partidos políticos de cualquier color, los que vayan a cambiar el estado de cosas, sino nosotros los obreros, ocupados y desocupados, quienes tenemos que resistir activamente estos ataques, organizándonos para poner en pie una resistencia verdadera.

En este 2017 que comienza, organización para frenar los embates de la patronal, la burocracia y el Estado.
¡No más derechos pisoteados! ¡No más despidos ni precarización laboral!
¡Defendamos nuestros derechos, conquistemos nuestras reivindicaciones!

[La edición digital del periódico Organización Obrera # 66 puede solicitarse a foracf@fora-ait.com.ar.]



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