Prensa Aprodeh
En un clima de dolor y expectativa por justicia, tras 27 de años de ocurrida la masacre de Cayara, el 14 de mayo de 1988, el viceministro de Justicia, Ernesto Lechuga Pino, pidió perdón al pueblo de Cayara por la masacre ocurrida.
“Es importante para un Estado (el pedido de perdón) cuando el ministerio de Defensa no ha querido reconocer la responsabilidad de la matanza y, por el contrario, la niegan. Dice que estos hechos nunca ocurrieron; por eso el pedido de perdón es una medida de satisfacción para el pueblo de Cayara”, sostuvo Gloria Cano directora ejecutiva de Aprodeh, organización que representa la defensa de las familias víctimas de Cayara.
¿Dónde están?
“¿Donde están?”, fue la exigencia que se escuchó, en medio de esta conmemoración, de las familias de la víctimas de Cayara, quienes vieron hace 27 años que sus seres queridos fueron asesinados para luego ser desaparecidos por patrullas militares con el fin de desaparecer sus cuerpos, además de matar a los testigos. “Por eso no pueden dejar de exigir, necesitan enterrar a sus muertos. Tienen derecho a la justicia”, recalcó Gloria Cano.
Desde muy temprano de ayer, esposas, madres, hermanas e hijos de las víctimas se enrumbaron desde Huamanga a Cayara para el inicio de las actividades por los 27 años de esta masacre. Allí se celebró una misa para luego participar de un acto público, donde de develó la placa de la CMAN y se izo la bandera a media asta, en señal de dolor.
Las actividades se cerraron con la escenificación de un grupo de escolares sobre la masacre de Cayara, desde la emboscada de Erusco donde senderistas mataron a militares, para luego ver como patrullas llegaban a la iglesia de Cayara, donde encontraron a pobladores desarmados celebrando el fin de las festividades de la Virgen de Fátima, para luego golpearlos y asesinarlos. Luego desaparecieron sus cuerpos.
La escenificación hizo brotar las lágrimas de los familiares de las víctimas, quienes veían atentas lo que ocurría.
Los familiares esperan la construcción de un sitio de la memoria que se denominará “Kuyasqanchikuna Yuyanapaq” en Qachuypampa, lugar de la masacre. También se exige que estos terribles hechos sean esclarecidos en el Poder Judicial y, así, hallar a los responsables y encontrar los restos de las víctimas.
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