lunes, 24 de marzo de 2014

Opinión: Testimonio de una renuncia

Por Humberto Decarli 

En agosto de 1998 decidí romper mi afiliación y militancia con el Movimiento Quinta República (MVR), luego de haberme incorporado dos años antes y llegado a la dirección de Caracas y ser uno de los cien suscriptores del acta fundacional ante el extinto Consejo Supremo Electoral.
            
Mi participación en el cuadro político organizado había pasado por la Juventud Comunista Venezolana en el Liceo Miguel Peña de Puerto Cabello, el Martín J. Sanabria de Valencia, el Liceo Caracas, en la Universidad Central de Venezuela y en la Parroquia San Juan de Caracas. Posteriormente cuando se dividió el P.C.V. no me convenció el planteamiento de quienes después formaron el M.A.S. y por supuesto, no me iba a quedar con el estalinismo del viejo partido prosoviético. Me fui, como lo afirmó Alfredo Maneiro en sus Notas Negativas, con un residuo de esa escisión, el grupo denominado Venezuela 83 posteriormente la Causa R.

Al año de la muerte de Maneiro me retiré de la Causa R porque estimé haber perdido su contenido transformador y se convertiría a la postre en una organización clientelar más. En 1996, ante el desastre significado por el puntofijismo en crisis, decidí incorporarme al partido chavista.

El tiempo que estuve en Quinta República me sirvió para comprender en su exacta dimensión el significado de su actuación. Allí observé una manipulación desde organismo internos con denominaciones militares como Comando Táctico Nacional, ejecutante de las decisiones tomadas por el máximo caudillo. Coexistían militares retirados de la derecha más reaccionaria hasta grupos de ultraizquierda, con un denominador común: aprovechar el espacio de poder representado por el liderazgo de Chávez porque en ambos casos no habían podido por su propio esfuerzo alcanzar cuotas de consideración. Asimismo, había personas cuya teleología era resolver sus problemas económicos personales mediante el acceso al gobierno.

El proyecto político era una simbiosis porque se recogían elementos del populismo, del militarismo y del estalinismo más ramplón. Se hablaba en términos genéricos sobre muchos temas pero no se presentaba el más elemental método o forma de llevarlos a cabo. Además, la campaña electoral fue bien financiada por grupos económicos que veían con posibilidades de éxito la candidatura chavista y apostaban a ganador. La incorporación de políticos tradicionales como Luis Miquilena y el apoyo de comodines como el M.A.S. definían claramente el pragmatismo dibujante del movimiento.

Todo se desarrollaba internamente mediante los procedimientos organizacionales más tradicionales. Decisiones cupulares, martingalas en las elecciones dentro del movimiento, arribismo ubicuo, desprecio hacia la discusión y cero análisis ideológico, conformaban un cuadro dantesco para quien estaba en búsqueda de otras coordenadas.

Ante tal perspectiva, la prioridad del militarismo y el culto a la personalidad,  no podía permanecer en esa entidad porque estaba perdiendo el tiempo al no animarme esos criterios ideológicos. Lamento no haberlo hecho antes porque sabía lo que iba a ocurrir en el futuro. Era fácil percibir, presenciando internamente los sucesos, el destino infausto de tan aberrante postura política.

            El tiempo, ese inexorable factor de la entropía, ha dejado diáfano el destino de Venezuela. En manos de una élite militarista aplica el electoralismo de la democracia populista con un desempeño gubernamental autoritario violentando las libertades democráticas más elementales y la tendencia hacia una hegemonía comunicacional y la existencia de un partido y pensamiento únicos. Es un sincretismo entre clientelismo y socialismo autoritario con una política económica restrictiva, rentista y extractivista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.